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Francisco Velasco. Abogado e historiador

PENSIONES EN PELIGRO


 Con Felipe González se firmó el Pacto de Toledo. Todo un hito en la política de conciliación social. Se recomendaba que la jubilación, con carácter flexible, fuera a los 65 años y se ponía de relieve la necesidad de sostener el sistema público de pensiones. En 2008, el gasto en pensiones, respecto del PIB, se había incrementado de forma alarmante. Lo cual es lógico en tanto ha aumentado la dependencia de los mayores de 65 años sobre la población en edad de trabajar y en tanto el desempleo muerde con desesperación.

 Hasta ahí, nada nuevo. Sin embargo, la crisis económica está haciendo estragos a la Seguridad Social. El sistema de pensiones puede caer hecho trizas de no corregirse el socavón. Hoy, es sostenible. Pero las grietas amenazan y hay que apuntalar. Como medida cautelar, es preciso entibar y las vigas han de ser aceradas. Ya lo advirtió el Gobernador del Banco de España y su declaración levantó ampollas de alarma. Zapatero y sus co-presidentes Méndez y Toxo siguen cantando, como las cigarras. Venga juerga. Poco trabajo. Mucho cachondeo.

 Las hormigas, especialistas en el tema, prevén calamidades si no se taponan los huecos. Si Zubiri demandaba un cambio en la financiación, so pena de reducir un 40% las pensiones, otros prestigiosos economistas profundizaron en esa línea. Aunque el presidente, ignaro y temerario, desmiente a los más destacados expertos españoles en esta materia, no duda, asimismo, en refutar a los mismísimos ministros de Finanzas de la Unión Europea. Éstos ya se han pronunciado con claridad: España ha de reformar el sistema de salud y de pensiones así como adoptar medidas que propicien un crecimiento económico. So pena.

  Este Gobierno crea inseguridad. Mucha inseguridad. Una enorme inseguridad. No sabe uno qué hacer ni a qué atenerse. Cuando esta inseguridad afecta a los más mayores, no hay un defensor que aleje su bruma. Al final de la vida laboral, las tormentas no pueden causar zozobra en una vida de trabajo por sí extremadamente dura. La jubilación ha de situarse en las antípodas de la tristeza. A estas alturas del camino, la incertidumbre no puede presidir la meta. Pues nada, viene el Gobierno de Zapatero, el peor de los que se han sucedido en la democracia, y, hala, a colocar piedras en la rueda del destino.

 Muchas deudas. Más que deudas, un "pedazo" de déficit. Más que déficit, un pozo oscuro. Más que un pozo, un hoyo profundo. Más que un hoyo, un inmenso agujero negro.

  Oiga, que no reclamamos un hotel siquiera de dos estrellitas. Ni un pequeño hostal céntrico. Ni una fonda en barrio periférico. Déjenos, al menos, en un fonducho. Mas no nos ponga en la calle. A este paso, o se genera empleo o muchos dormirán bajo las estrellas. Aparque su talante y ponga a funcionar su talento. Si le falta, pida la opinión de sabios. De sabios. De aduladores, no. De paniaguados, menos. De gorrones, ya basta. De piratas, por favor. De pirañas, cero. De sabios. En España los hay. Algunos militan en su propio partido. Fonducho, no. Riesgo de pensiones, tampoco. Tampoco.

 Un saludo.

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