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Francisco Velasco. Abogado e historiador

CHAVES VS. GRIÑÁN

La elección de Rubalcaba como Secretario General del Psoe comprende numerosas lecturas. Una de ellas es la victoria de la vieja guardia heredera del “llopismo” ante los sicarios del zapaterismo. El Psoe histórico se prolonga en el felipismo mientras el partido renovado se identifica en la figura continuista de Chacón, la “Zapatero con faldas” en expresión tan descriptiva como inicua y desacertada de Ibarra, el expresidente de la Junta de Extremadura. Con todo, la pugna se ha centrado en un territorio, Andalucía, y en dos sujetos agentes que se muelen a garrotazos dialécticos embarcados en una guerra sin cuartel para no perder la cueva de Ali Babá y los cuarenta mil ladrones.

 

Chaves y Griñán protagonizan la conflagración latente que, de vez en cuando, cual Guadiana político, aflora por los ojos de la corrupción. Chaves ha ganado con Rubalcaba y Griñán ha salido perdedor junto a Chacón. El pulso era un secreto a voces en la sordina comunicativa sociata. Griñán intentó frenar la escalada hacia el precipicio emprendida y desarrollada por Chaves pero incurrió en el error de poner una vela al santo y otra al diablo. Una situación degenerada no la recupera el compinche del autor. Y mucho menos éste. Piratas hubo que fueron rescatados para la cosa pública por obra y gracia del pragmatismo político de los ingleses. Se volvieron más oficialistas que los funcionarios de carrera del Foreign Office. Cosa distinta al revés. Probos servidores del Estado se dedicaron al mercadeo filibustero con poco éxito.

 

Griñán pretendió quitar el polvo a la Junta chavista en vez de liderar una comanda de limpieza con lejía y amoníaco. O se creía que éramos tontos o estaba convencido de la estupidez del pueblo. En este mismo sentido, el apoyo a la candidatura de la catalanista descansaba en su confrontación y distanciamiento del padre de Paula e Iván. No obstante, jugaba con ventaja. Dispone de dos meses de poder absolutista en la Comunidad andaluza. Dos meses de consumación de rapiñas y de consolidación de colocaciones a impostores de toda laya. El que quiera un cargo, que se pliegue al señor de los enchufes. Eso es lo que hay. Y si no, a atravesar el penoso desierto del oficio nunca ejercido o de vivir del magro sueldo del empleado público, si no del subsidio de los desempleados que se comen la tarta de los presupuestos de la Autonomía.

 

Chaves ha ganado en Rubalcaba. Sin embargo, el reino no ha sucumbido ante el asedio de las elecciones. Ganar tiempo al tiempo puede ser un arma estratégica de gran importancia. Los sitiadores pueden cometer errores imperdonables y los cercados se defenderán como en Niebla, dejando salir el buey de la honradez a ver si los ciudadanos confían el día 25 de marzo en ese rasgo inédito. Viera, uno de los artífices del escándalo de los EREs, se ha decantado rubalcabista y se ha despachado a gusto con los griñanistas gañanes a los que ha acusado de presionar de forma ilegal, inmoral e ilícita. Qué cara la de este muchacho. No se preocupa en medir el alcance de sus palabras ni mirar en el espejo la deformación de su lengua.

 

Chaves ha ganado por la mano a Griñán. Menudo bofetón. Político nefasto uno, perverso el otro. Por el momento, "donmanué" ha llegado primero a la línea de meta congresual. Veremos si ambos festejan algo a finales de marzo o encaran como caballeros su previsible debacle. Lo comentaremos.

 

Un saludo.

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