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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA ESPAÑA REPROBADA DE GAMONAL

 

 He leído una entrevista a Punset en El País. Punset es un tipo de envergadura. El científico ha dicho: "la ciencia ha demostrado que la intuición y las emociones son el cimiento del aprendizaje, muy por encima de la razón". Madre mía. En la España de los inquisidores, que no hemos superado, a este señor lo condenan a la hoguera, como al gran Servet.

 

En cualquier caso, la frase que me anima a redactar este artículo refiere: "la infrainteligencia une a los psicópatas y a los corruptos". Lo que no expresa, pero matiza servidor, es que la proposición tiene carácter ucrónico. Se aplica a los majaderos, envidiosos, mediocres, frustrados y demás especificativos del ser humano que han sido/son/serán a lo largo de la historia mundial. La clasificación se extiende por el espacio universal y allende lo que se denomina civilización.

 

Los sucesos burgaleses de Gamonal son ejemplares, modélicos. No como referencia a imitar. Como aviso a navegantes de la tempestad que se cierne. Uno es de los que creen que la guerra fratricida del treinta y seis fue resultado, entre otras cosas, de dos acciones maléficas. Por una parte, de la violencia institucionalizada y volcada en las calles, promovida desde los centros de poder y recogida por las masas más manipulables. De otra parte, por el desprecio al parlamento, considerado éste como el Congreso, el Consistorio o la Asamblea (con mayúsculas) representativa.

 

La paralización de las obras de Gamonal podría considerarse un éxito del sentido común y de la solidaridad vecinal. Sin embargo, no es así. Desde mi punto de vista, es un fracaso rotundo. Del Ayuntamiento de la ciudad viejo castellana y de los habitantes del municipio. Fracaso porque la victoria de los insurrectos no se ha gestado en la razón de la democracia. Ha sido la victoria de los violentos y de los grupos políticos alentadores del movimiento. Se ha querido advertir, urbi et orbi, que la crisis española no es sólo económica. Que es, sobre todo, social y política. Y si para consagrar esa tesis, se ha de acudir al crimen o al terror, adelante.

 

En los panfletos incendiarios de la preguerra civil se leía: “todo lo que impulse la lucha, es justo; todo lo que frena la lucha, es falso”. Los panfletos de ayer son las consignas mediáticas de hoy. Los telediarios y las tertulias lanzan un nuevo formato de guerrilla y de fundamentalismo. Los psicópatas se amparan en los charcos de los corruptos y éstos acaparan riquezas e influencias en el fango de la psicopatía creciente.

 

El fantasma del totalitarismo vaga por las ondas de España. Mucho dios, mucha libertad y mucho pueblo. Mentiras. El poeta José Ángel Valente resumía con estos versos su desesperanza por los hechos: “Para que nunca seas pasto sólo del rito y las palabras ni caigas nunca de tu inmensa muerte ni nazcan de ella más que hombres armados, votivo rompo el verso indigno de ti y de esta hora”.

 

Los fanáticos, apasionados por la victoria de su fe segregadora, nos llevarán de nuevo a la derrota. La derrota de la ciencia, de la razón, de la intuición y del aprendizaje. De qué nos servirá la historia si la acribillamos con balas de pistoleros a sueldo.

 

Un saludo.

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