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Francisco Velasco. Abogado e historiador

CATEGORÍA DE ANÉCDOTA

 

 La señora Vicepresidente del Gobierno, doña Soraya, aprende con rapidez y maquilla poco a poco su ingenuidad política. Sáenz de Santamaría ha difundido un dato objetivo: los viajes del presidente Rajoy cuestan a los contribuyentes la mitad de lo que éstos pagaban por los que realizaba el señor Zapatero. El dato es significativo. Algunos querrán  rebajar a anécdota lo que es una categoría. Es significativo que los deudores mediáticos de la Oposición carguen contra la noticia porque, así, restan mérito a la austeridad del Jefe del Ejecutivo actual y mitigan el despilfarro que acompañaba a ZP. Pero bueno, esto entra de lleno en la irregular normalidad democrática de alguna prensa que, en vez de enriquecer la voluntad electoral del ciudadano, contribuye a deformar el conocimiento del mismo.

 

Fíjense hasta dónde el despilfarro institucional inunda a la clase política, que la reducción de precios por parte de Rajoy debe ponerse a la altura de la coherencia. Si pido recortes al pueblo, el presidente no se queda a la zaga en la solicitud. No sucede así con todos, Mucho menos con el actual presidente de la Generalitat de Cataluña. El muy honorable señor, a la sazón don Artur Mas, se distrae sus ansias soberanistas paseando su mensaje de ruptura por países diversos. El altísimo dignatario se ha ido a Israel a contar sus penas. El problema es que no ha ido en solitario o en compañía de unos cuantos consejeros. No.

 

Don Artur no vende su independentismo sociopático a nadie que tenga dos dedos de frente geoestratégica. A nadie. Salvo a algún venezolano desnortado o algún castrista locuelo o un guineano alucinado. No obstante, Mas viaja y viaja en una especie de tour turístico de alto standing que cuesta un ojo de la cara al sufrido españolito. El máximo responsable de una Autonomía se presenta como todo un Jefe de Estado junto a un séquito que no haría ascos al que cortejaba a Luis XIV: sesenta y tantas personas, entre ellas la primera dama del estadito de “lo que se avecina”.  Eso sí, unas cuantas menos de las que se llevó a Moscú el pasado año, a fin de estudiar in situ el frescor del archipiélago Gulag que pretende transferir a Cataluña.

 

En tanto el viajero infatigable del gratis total rellena su vacío de programa, la economía catalana carece de ingresos para atender demandas hospitalarias y educativas y se queda impertérrita cuando los farmacéuticos del territorio se ponen en huelga porque no cobran ni por asomo.

 

Claro que Mas sabe de qué pie cojea Montoro y que, a la larga/corta, Hacienda se hará cargo de los gastos suntuarios del señorito. De esta manera, se aplaza un par de días la amenaza pendente de la consulta del derecho a exigir.

 

Las anécdotas con exponente infinito son siempre categorías. El cachondeo de Mas es una categoría mala. Buena, la austeridad de Rajoy. Inadmisible la categoría de poner una vela al dios de la cordura y otra al demonio de la mala leche.

 

Un saludo.

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