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Francisco Velasco. Abogado e historiador

MURCIA, SEGURA Y CAÑETE

 

Estoy convencido de que Arias Cañete es un buen ministro. El hombre une a su notable formación académica una indudable categoría humana que le sitúa en la categoría de proscritos de la demagogia imperante entre los de la clase política. Sin embargo, una persona no hace colectivo por muy importante que sea o se tenga.

 

En Murcia va a estallar la enésima guerra del agua. De la mano de los psoecialistas de aquella comunidad, la campaña de desmoronamiento del Plan Hidrológico del Tajo se vincula a la defensa del trasvase Tajo-Segura. En este contexto se ubica el quid de la cuestión. La Confederación del Segura responde al nombre del río pero no hace honor al concepto de certeza empresarial, jurídica, social o económica. Ni siquiera laboral.

 

Cañete puede tropezar y darse de bruces con la dura realidad de sus compañeros de viaje. La imputación del alcalde de Caravaca y los registros efectuados por la UCO de la Guardia Civil en la mismísima sede de la Confederación del Segura dan que pensar. La política del agua y la política urbanística están tan próximas que algunos confunden estas realidades como una sola actuación gubernamental. La ocultación como sistema es el síntoma definidor de la vía de hecho.

 

La reclasificación urbanística de El Roblecillo agrega más noche a la tiniebla. Cualquier intento de corrupción merece la condena unánime. Cuando para este fin alguien se quiere valer del agua para satisfacer intereses espurios, al hambre se le juntan las ganas de comer. En este sentido, los jefes de la Confederación Hidrográfica del Segura tendrán que dar explicaciones. Y muy claras. No sea que pensemos que se persigue el archivo en vez de investigar Archivel.

 

Y, señor Cañete, si no había recursos hídricos suficientes para la megaurbanización proyectada, de qué planes hidrológicos y de qué trasvases queremos hablar. Menuda seguridad nos promete la presidencia de ese ente público. Menuda garantía la que nos regala el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.

 

Por último, señor Cañete, recuerde el refrán de a dios rogando y con el mazo dando. En esa Confederación del Segura debieran ocultar menos y aclarar más. El agua es incolora, inodora e insípida. Parece que a algunos les interesa que adquiera colores partidistas, olores mefíticos y sabores provocados por la adulteración. Y así no se puede seguir. Ni con el PP ni con el PSOE.

 

Un saludo.

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