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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DÓNDE ESTÁ EL FIN DE LA CRISIS

 

 De los brotes verdes a los cantos de ruiseñores de juguetes de chino. Eso de que la crisis está a punto de terminar, no se lo cree nadie. Pues anda que no queda nada. Se pueden buscar ciento y un parámetros para aquilatar la distancia multikilométrica que nos separa de la boca del túnel. Sin embargo, me quedo con un dato: la firma de préstamos hipotecarios.

 

El número de hipotecas sigue fiel al descalabro de años precedentes. Pero la caída en picado se acelera. Que no lo dice la oposición al Gobierno. Que así lo publica el Instituto Nacional de Estadística. El dato no puede extrañar a nadie. Quién puede permitirse el  lujo de adquirir una vivienda nueva –si acaso de quinta mano y con más años que El Escorial- con la granizada que está cayendo. Qué banco va a prestar un par de euros a un ciudadano en paro o víctima directa de los recortes salariales y de los incrementos tributarios. Quién se atreve a lanzarse a la aventura de encontrar un piso digno si la morosidad escala posiciones con la celeridad del mejor premio a la montaña.

 

Y por si ello fuera poco y un avispado ciudadano encuentra una “bicoca”, se toque los bolsillos porque el precio real que ha pagado por la ganga inmobiliaria será contradicho por la valoración, sacada de la entrepierna, que realizan los técnicos de la Agencia Tributaria. Alguien puede haber hallado el chollo de un pisito por cincuenta mil euros y Hacienda te eleva la cantidad, sin inspeccionar la casa, un veinte mil más alto. O por encima.

 

El Gobierno hace muy bien en reducir el déficit. Sin embargo, o se dan alas al desarrollo o se incentiva el consumo o se rebajan los impuestos o vamos a salir de la crisis el año que viene si dios quiere, que decía Hermano Lobo.

 

Pues eso, menos lobos, caperucita de hacienda. Que no somos todos. Singularmente los más ricos que hacen descansar sus capitales en exóticos paraísos fiscales. O en lóbregas estancias nacionales. Que de todo hay a la hora de defraudar al país.

 

Un saludo.

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