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Francisco Velasco. Abogado e historiador

MOCIÓN DE AUTOCENSURA

 

                 La paja en el ojo ajeno. La viga en el propio. Así es la vida. Me han dicho que me han contado que me están vacilando que la baronía psoecialista está a punto de iniciar una empresa que, de culminarse, elevaría a su cúpula dirigente a los altares de lo civil y de lo sacro y a la organización, a niveles de Olimpo de los dioses. Me lo pueden decir en arameo que jamás creería que ese partido, desde sus comienzos hasta la actualidad, tenga en mente una limpieza estatutaria, un final letal de sus estrategias torticeras o cualquier innovación que trascienda el maquillaje más vulgar y efectista. Ya digo, en sánscrito o en euskera.

 

                A la vista de que España inicia una levísima recuperación económica, repito lo de levísima y si quieren, casi imperceptible, los dirigentes sucesores de Felipe y de Guerra están dispuestos a cualquier barrabasada con tal de que la corrección positiva de la crisis no se produzca y si se llevare a cabo, cañonear las fuentes de financiación y, sobre todo, la fortaleza de credibilidad que, todavía, custodia el Pp.

 

El problema que se les plantea es cómo diseñar el asalto sin hacer el ridículo más allá de su inveterada falta de respeto hacia los demás y hacia el mínimo sentido de la dignidad. En este sentido, sus compañeros de rueda de molino, con los que comulgan cuando han de triturar el trigo recién cosechado, ya han apuntado a una moción de censura contra Rajoy con la excusa del caso Bárcenas. Si algo me consta en esta parte de mi análisis, es que se mueren de ganas y prefieren tragarse el interés antes de recibir un puyazo en todo el lomo. Cuando los toros mansean, los del tendido siete de Las Ventas dividen sus opiniones sobre la suerte del varilarguero. Sin embargo, en este tema no hay debate. Saben que la moción está más perdida que la honorabilidad de Valderas respecto a los desahucios o de los senos de algunas féminas conocidas.

 

La moción de censura es un fracaso tan previsto que sólo se ampara en el amago estúpido. No obstante, algunos se aferran a la estupidez como el náufrago al palillo mondadientes. Por ejemplo, esa autoridad moguereña que es Mario Jiménez ya se mete la lengua en lugar oscuro y se conforma con una comparecencia de Rajoy. En cuanto a la futurible Susana Díaz, se arrima a tablas diciendo que es preciso pedir explicaciones al Gobierno sobre los escándalos de corrupción y supuesta financiación ilegal en el Pp.

 

Pero almas de cántaro de cartón, qué puñetas de explicaciones puede pedir Bretón al individuo que fue condenado por la desaparición y asesinato de sus hijos. Si tienen una migajita de pudor, callen y si ni siquiera les queda un gránulo de pan, tráguenselo antes de seguir sobando la muñeca del deshonor. Con lo fácil que sería autoplantearse en Andalucía una moción de censura a la Junta.

 

Griñán: autocensúrese.

 

Un saludo.

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