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Francisco Velasco. Abogado e historiador

PLAÑIDERAS

 

 Las lloronas de oficio hacen su agosto en las horas fúnebres. El sueldo depende de la intensidad del llanto. En tiempos de recortes económicos y sociales, las lágrimas recuerdan el polvo en que nos convertiremos. Las plañideras de la política están perfectamente representadas en las figuras de los asesores.

 

El PP, envuelto en la vorágine de las declaraciones de Bárcenas, ha aprendido las malas prácticas del Psoe. Cuanto más calienta el infierno de las acusaciones, más veloces se muestran a la hora de usar los extintores. Entre las cortinas de agua y las nubes de humo, los pirómanos se hacen bomberos para recabar escenarios noticiables que distraigan la atención del incendio gigantesco.

 

Ahora nos vienen con la idea peregrina de suprimir los cargos de confianza. No se lo creen ni ellos. Los miles de asesores que se buscan nuestros estúpidos gobernantes cobran, en realidad, la mitad de lo que sus nóminas revelan. La otra parte se utiliza para financiar a los partidos. De qué van a vivir estas formaciones si la mayoría de sus militantes no pagan cuotas. Quién va a pagar los sobresueldos a estos dirigentes canallas que se embolsan miles de euros cada mes. Nadie puede creer, en su sano juicio, que los Toxo y Méndez del panorama político sindical puedan mantener su tren de vida si la financiación se redujera a las aportaciones de sus doce afiliados.

 

Vayan a hacer puñetas. Para reformar algo, es preciso tener un diagnóstico. Y luego, un buen cirujano capaz de meter el berbiquí, que no el bisturí, para limpiar las pústulas del sistema. Dicen que se van a ahorrar miles de millones de euros. Si fuera así, cómo es posible que no emprendieran mucho antes esta medida. Porque es mentira. Porque es sabido que la política se practica en un coche de lujo y mantener el dispendio pasa por la continuidad de los asesores y la cooperación de las empresas. A cambio de licitaciones encubiertas.

 

Nadie crea que lo de Bárcenas o lo de los EREs es una singularidad. En absoluto. Los nombrados son ejemplos de una corrupción generalizada. Éstos han sido pillados con las manos en la masa. Por ello, tendrán que apechugar con lo que les venga. Que será poco si se compara con lo que han pillado. Sin embargo, la trama financiera sigue creciendo sin  pausa y con prisas.

 

Observen el panorama. A medida que aumenta el número de políticos, disminuye la vocación de servicio altruista y crece la riada de intención, que  es la de forrarse al poco tiempo. Si no, díganme por qué hay tan pocos seminaristas, menos sacerdotes y más concejales, diputados, parlamentarios y altos cargos. Pues por eso. Porque los entregados de verdad a la obra de dios en los demás son cuatro limpios de espíritu. Los rendidos al becerro de oro de la política más rastrera constituyen una multitud.

 

 Dos y dos, cuatro. O veintidós.

 

Un saludo.

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