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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA DIALÉCTICA DEL DEMONIO

 

 Vive en España. Un señor que se llama Antonio y se apellida Carmona. Parece ser que es profesor universitario. No sé si se dedica a la enseñanza o emplea su tiempo laboral en investigación. Lo que resulta evidente es su afición a las tertulias políticas. En la cadena televisiva que sea. No hace distingos. Su objetivo es parlar. Incluso parlotear. Lo que sea, con tal de influir. Políticamente correcto. Moralmente, otro cantar. Veremos por qué.

 

Este señor, parlamentario psoecialista, es un virtuoso de las charlas unidireccionales. El hombre convence poco pero deforma un montón. Se le atribuye la frase maldita que definió, años atrás, la estrategia subvertidora del Psoe. “Si hace falta, hundimos otro Prestige”. O algo así. Al hombre le importaba un comino la pérdida del buque y la contaminación de los mares. Lo que perseguía era cargarse al Gobierno del PP. Por la altruista razón de servir el mando en bandeja a sus correligionarios del chapapote. Las manchas negras del crudo derramado fueron una pequeña mota de polvo en el océano de petróleo de su discurso infernal. En otro país, estaría inhabilitado para los restos de cualquier actividad política, social y humanitaria. En España, no. Es más, en su partido se aprecia su valía. De intrigante diabólico.

 

El que la hace una vez, la repite cien. A la hora de urdir infamias, el infatigable vocero de pleitos ricos, es un número uno. El hombre se pierde por la boca, por donde muere el pez. Resulta que la última cantada vuelve a poner de manifiesto su aversión por la justicia y su repugnancia por la defensa de valores como verdad, respeto, solidaridad y otras cualidades que no practica porque nunca las conoció. En campo amigo, abrió la caja de los truenos de su perfidia. En el marco de una charla a conmilitones madrileños, metió la pata hasta la ingle. Dijo una verdad secreta y, mira por donde, se desveló la naturaleza del error. Relataba el señorito lo siguiente: "El otro día tuvimos una experiencia muy interesante en Tele 5. Teníamos el problema del ERE, de los EREs de Andalucía. Fui porque me mandó el Partido". Y remató la faena con la siguiente aporía: “estaba, lo puedo decir aquí sin que nadie me grabe, teledirigido, nunca mejor dicho, por José Antonio Griñán. Tan teledirigido que me mandaban mensajes todo el tiempo, como es natural". Te cazaron, furtivo. Te pillaron con la sucia lengua disparando maldades.

 

Algunos se ahogan solos en su propia saliva. Este individuo pertenece a esta casta. De la ralea del sujeto, las emisoras que, a partir de la fecha en que supieron los tejemanejes del señor y de su partido, sigan invitando al personaje para disertar sobre las mil y una maneras de engañar a los ciudadanos. Y es diputado. Y economista. Y no sé qué tipo de docente.  Lo que tengo claro es que me lo encuentro por la calle y no le doy la hora. No sea que me desaparezca el reloj. En cuanto a las televisiones contratantes, les traspaso la náusea que me provocan ellas, en cuanto fomentadoras de los contravalores, y él, en cuanto desecho de la cualidad democrática.

 

Gentuza así genera dictaduras y alienta conflictos. Vergüenza de sicarios. Y de mafias.

 

Un saludo.

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