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Francisco Velasco. Abogado e historiador

JUNTOS Y CADA VEZ MÁS REVUELTOS

 

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 El sino de los hipócritas es el destino de los dictadores. Vender la mentira a base de repeticiones. Los catalanistas de Mas y Montilla tienen de demócratas lo que Platero de gallina. Los socialistas de Chaves y Griñán saben de igualdad social lo que Rubalcaba de limpieza ética. Los izquierdosos marisqueros de Lara se preocupan por el pueblo lo mismo que Valderas por dejar su vicepresidencia. Nada. Unos se enfundan la bandera del independentismo para esconder sus golferías de blanqueo de dinero y los otros se colocan la zamarra del andalucismo para que nadie advierta los manchones de su camisa negra de la corrupción institucional.

 

Los compinches que gobiernan la Junta de Andalucía siguen en pie de guerra contra los tribunales, contra los funcionarios honrados y contra la Constitución, esgrimiendo la espada flamígera de la Ley del enchufismo. La administración paralela que ellos crearon para defender sus privilegios conforma toda una guardia de corps para impedir que los más esforzados superen unas oposiciones libres pero duras. En la Junta sólo entran los amigotes.

 

A esta panda de canallas les importa un rábano la ristra de resoluciones judiciales. Para chulos, ellos. Para golfos, los suyos. Para ley, la del poder. Para régimen, su dictadura. Para pueblo, la familia propia. Para democracia, ellos no ejercen.

 

La consejera Carmen Aguayo, que tiene mucho que decir sobre los EREs, mantiene su silencio de vida. Como hable, está perdida. En tanto, cobra y sigue. Si hay que traspasar, se llega a la sucesión de empresas. Si conviene la subrogación laboral, a por ella. Lo que sea para no perder la escolta y el granero. Las empresitas públicas milmillonarias y las fundaciones fantasmas ricachonas seguirán contando con la bendición de los papas laicos de la Junta y con el apoyo del estado vaticanista de San Telmo.

 

Aquí no hay más dios que el ordeno y mando. El que se oponga, a los infiernos. Ya se sabe. El derecho es una mandanga y la ley, una casa asaltada.

 

Trabajan en comandita y realizan matrimonios de conveniencia. Lo que sea con tal de seguir aupados a la espalda del pueblo andaluz.

 

Un saludo.

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