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Francisco Velasco. Abogado e historiador

SOBREVIVIR EN LA ADMINISTRACIÓN

 

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Éramos pocos y parió la paralela. Paralela introducida para lelos y para listos. Cuando la fuerza bruta irrumpe, la razón y la ley se pasean por las cárceles de papel de la Administración. Y si es en Andalucía, apaguen y váyanse.

 

Alguna vez me he referido a FAFFE. Las siglas responden a Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo. La fundación de marras no es una institución sin ánimo de lucro. Es un organismo creado para colocación de miles de personas cercanas a la Junta de Chaves y un extraordinario silo de votos para que los ejecutores de San Telmo sigan su labor de acuchillamiento de los principios de publicidad, igualdad, etcétera, que preconiza el derecho administrativo. En la fundación FEAFFE, de fea y sucia, miles de curritos se han arrimado al ascua de la arbitrariedad más repugnante para buscarse un hueco, bien remunerado, en la Consejería de (Des)Empleo. Algunos, con sueldos mensuales superiores a seis mil euros aparte de coche y chófer.

 

La noticia no es la existencia de FAFFE, que se extinguió va para un año. El titular es que los empleados de esa fundación fueron absorbidos por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), ente público al que se accede por la vía de la oposición o del concurso oposición. Como debe ser. En este punto, nos encontramos que los funcionarios del SAE que accedieron por el conducto legal, se han visto marginados por los foráneos de FAFFE hasta el punto de ser relegados a labores de comparsa. Los extraterrestres se han apoderado del planeta Tierra y han dejado a los habitantes con las témporas al aire. La rebeldía. Contra el intrusismo faffero, la defensa numantina de los funcionarios. Hay quienes reprochan a éstos su queja a sabiendas de que les están pisoteando sus partes más íntimas. Es la propaganda canalla de los afectos al poder, venga de donde venga.

 

Contra el enchufismo prosocialista, la organización de resistencias. No cabe otra fórmula si se quiere mantener lo que cientos de noches de sueño dedicadas al estudio costó alcanzar. Los funcionarios de oposición no combaten a personas. Luchan contra los golfos que han hecho de la Junta un fondo de serpientes y un pozo de corrupción institucional. Los fafferos no son contratados laborales al uso. Es mentira. Acepto que algunos de entre ellos, sí lo sean. Sin embargo, la inmensa mayoría forma parte del tablao flamenco que Chaves y Griñán encargaron a Viera, el mudo, y a Fernández, el bodeguero, a fin de atender las esencias de este patrimonio inmaterial de la humanidad. Tendrán cara.

 

Los funcionarios hacen bien en defender, con uñas y dientes, la parcela que adquirieron a base de estudio, de esfuerzo y de fe. Los contratados fafferos tendrán que hocicar con los expedientes de regulación de empleo que abra la Junta de Griñán y Valderas. Antes de arrinconar a un empleado que opositó en loor de justicia y de legalidad, pongan en la vía pública a cualquier trabajador que sentó cátedra de amiguismo y de familiaridad.  No se trata de machacar a nadie. Es simple cuestión de restituir la ley allá donde se la escupió.

 

La pena es que los responsables de esta vergüenza no puedan dar con sus huesos en la calle. La mayoría de ellos no aprobarían una oposición salvo que fuera sobre clientelismo y sobre corrupción. Para esos menesteres se las pintan como nadie.

 

Un saludo.

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