Blogia
Francisco Velasco. Abogado e historiador

¿SOCIAL VS. ECONÓMICO?

 

EL CONTENIDO DEL BLOG SE PUBLICA TAMBIÉN EN LA WEB

http://franciscovelascoabogado.blogspot.com.es

Anda ya. Un titular que recoja la primacía de lo social sobre lo económico está dando a entender que o bien el periodista está "sonao" o bien que la generatriz de la noticia anda por los cerros ubetenses. En general, soy dado a creer al plumilla antes que al político. En esta ocasión, no me saldré de mi tónica de credulidad.

 

Resulta que la Confederación de Empresarios Andaluces, la CEA, dirigida por el equilibrista Santiago Herrero, se queja de los presupuestos presentados por la consejera Aguayo. Su reproche, suave, no se nos moleste la manita derecha de Griñán, se debe a que subordina la inversión económica a la protección social. Esto es, por ejemplo, que se dedica muchísimo más dinero a pagar subsidios de desempleo que a crear puestos de trabajo. Estupendo. La cruz se hace más pesada y no hay cirineo que ayude a temperar el sufrimiento.

 

Lo que este articulista argumenta es que de qué se quejan los empresarios andaluces. Lo mismo se creían que la oligarquía partidista que controla San Telmo iba a tomar una opción distinta. Estos prebostes de la organización empresarial son incapaces pero no mal informados. Estaban al cabo de la calle de las asignaciones presupuestarias. Salvo que no hayan recibido las subvenciones esperadas, la protestita forma parte del repertorio estadístico de mentiras públicas. Es cierto que la CEA se ha postulado contra la juerguecita especial del pasado miércoles, 14. No obstante, su posicionamiento ha sido tan melifluo y cortés que los sindicatos del régimen mueren de satisfacción por su influencia en Andalucía.

 

La política de concertación social de la Junta se expresa en magnitudes talonarias. El silencio vale tanto, las declaraciones suaves el doble y las manifestaciones unánimes se cotizan al décuple. En este contexto de pax imperial romano-andalusí, la prosperidad social es imposible porque el progreso económico no pasa por la i de innovación ni por la i de investigación ni por la d de desarrollo. En cambio, sí se paga el portazgo de la o de obediencia ciega, el diezmo de la s de silencio cómplice y el impuesto de la t de los trepas enchufados.

 

Pura entelequia de un gobierno inicuo y de unos agentes socioeconómicos vendidos al oro del erario público. Cualquier política de erradicación de la pobreza que no beba en las fuentes de la justicia social, está condenada al fracaso. Y la justicia social no se gana con estrategias de apoyo omnímodo a la seguridad social sino de ataque sin concesiones a la exclusión social. A este fin, no valen únicamente los subsidios. Son necesarios caminos por los que los emprendedores demanden trabajadores y los parados transiten hacia puestos remunerados.

 

De esta forma, sólo de esta forma, procurando que la balanza equilibre la inversión frente a la prestación, será posible la regeneración económica. Será así, insisto, porque esta acción constituirá el punto de partida de un gobierno ético y moralmente plausible. Las desigualdades existirán pero el desnivel entre muy ricos y muy pobres será menor al tiempo que la flaccidez de la clase media reencontrará los puntos de esponjamiento perdidos. No hay mejor forma de beneficio social que el trabajo. La señora Aguayo lo sabe. Como sabe que la línea recta en su política no es la distancia menor entre dos puntos. Ella prefiere la curva sinuosa que obstaculiza la visión global y las ventanas con celosías que impiden el paso de la luz exterior. Lo que es lo mismo, la opacidad es su aliada y la transparencia el enemigo mortal al que hay que expulsar de la faz de la tierra.

 

Si lo social prima sobre lo económico, ni economía ni sociedad. Al menos, que el fiel de la balanza se sitúe en el centro. De otro modo, ni cultura ni política. La única religión de estos desarrapados morales es la de la rica cadena perpetua, no revisable, a su poder dictatorial disfrazado de democracia por cuatrienios. Malvados.

 

Un saludo.

0 comentarios