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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL ARTE DE LA LEÓN ORTEGA

 

 Es la escuela de arte de Huelva. Con mucho arte. Que no es cualquier cosa la calidad de enseñanza que en ese centro se imparte. La León Ortega es el referente, la vanguardia. A pesar de los obstáculos de infraestructura, el ideal es, de tan alto, inimitable. La plantilla de trabajadores, docentes o no, lleva a cabo filigranas imposibles con los escasos recursos de que disponen. Ahí están, como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo. Enormes, clásicos y modernos, ataláyicos, los profesores y los alumnos. Se sobreponen a las inclemencias de la Administración Educativa y a los rigores atmosféricos con la voluntad de su constante superación.

 

La escuela con arte de Huelva no tiene quien le eche una mano. Muros antiguos que necesitan ser remozados con urgencia. Humedades de décadas que calan los huesos de sus habitantes. Techos de cristal que no soportan ya los embates de chaparrones atlánticos. La escuela navega a velocidad de crucero en el mar encrespado de sus carencias materiales. Rara avis en el océano de la vulgaridad y del adocenamiento.

 

La Junta de Andalucía, que dice que no recorta pero afeita, promete y no cumple, jura y comete perjurio, garantiza remedios y condena a problemas. La Junta carece de arte e ignora la ciencia en la misma medida que desprecia la educación. Se ceba en los que son, además de mejores, distintos. Si hay que creer en milagros, lo de la León Ortega lo es.

 

Pedro Jiménez, el líder de IU en Huelva se ha plantado y anuncia movida. No hace falta la movilización. Pedro impulsa el proceso de reconstrucción material. Ampara y apoya las reivindicaciones justísimas de profesores y alumnos. La León Ortega tiene categoría sobrada para la implantación de grados. Sin embargo, es requisito previo el remozamiento, primero, y la ampliación, después, de sus instalaciones. La Delegación de Huelva, hoy por Zarza, ayer por Cascales, mira hacia Antequera por ver de dónde sale el sol. Si no les importa la educación en general, la artística es que les revienta. En sede de zocatos y topirondos, el arte y la cultura son disciplinas impensables.

 

Mientras tanto, Griñán autoriza a una empresa privada de Sevilla a impartir los grados que niega a las escuelas públicas de arte. Hay que ser demagogos. De qué extrañarse, sin embargo, si los capitostes de la ruina de Andalucía tienen la lengua sucia de tanto mentir. Los pobres estudian en la pública que los hijos del rico Chaves se instruyen en la privada. Se beneficia a la patronal del sector y se cachondean de los esforzados profesionales de la pública. La concesión del grado de diseño a una institución empresarial es el acabóse de la maldad.

 

Este articulista, que ha tenido la satisfacción de conocer bien esa Escuela de Arte de Huelva, subraya la importancia de la misma en el anodino panorama de la cultura onubense. Los psoecialistas tienen la oportunidad de hacer algo en pro de Huelva y de la enseñanza. Antes de que los votantes los apeen de la torre de oro que se han erigido para su deleite personal. Dedicar los recursos materiales y humanos imprescindibles para hacer realidad una aspiración eterna de la provincia: incorporar los grados a las ofertas de estudio de la León Ortega.

 

Confío en que la moción presentada por Pedro Jiménez sea secundada por Pedro Rodríguez. Ya sé que a Petronila le importa un bledo la cuestión. Y al Psoe nada le voy solicitar en este sentido. Si en treinta años de dominio absoluto en esta Autonomía ha hecho oidos sordos ante este clamor, qué sino abundar en sus embustes cabe esperar. Pues eso. Que hay que colocar a la Escuela de Arte de Huelva en la categoría que le corresponde.

 

Un saludo.

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