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Francisco Velasco. Abogado e historiador

BROMAS CON CATALUÑA

 

 Los que amamos a Cataluña no dejamos de admirarla. Es una de las joyas de la corona de España. Destacada en tanto gavilla sobresaliente, son muchos quienes, asimismo, quieren cortar de un tajo su altiva presencia. En el país de las desigualdades, ser demasiado distinto es un problema añadido. Eso ocurre con Cataluña. Es parte de una España de la que algunos quieren separarla mientras otros se empecinan en atarla corto y hacerla cautiva de una mediocridad lacerante. Cataluña es historia de España y España no entenderá jamás su historia sin Cataluña.

 

El señor Peces Barba, uno de los papás de la Constitución, tiene poca gracia y bastante mala leche. El infortunado Comisionado anti-víctimas del terrorismo y defensor de la normalización política de sumisión a ETA se ha pasado dos pueblos con unos comentarios que, acaso, pretendieran ser jocosos, pero revelan, por el contrario, la poca calidad chistosa del político psoecialista. Ha aprovechado para desbarrar su intervención en el X Congreso Nacional de la Abogacía. Qué risa. Los abogados, sobre todo los catalanes, es que se partían. La majadería pone un piso más en el castellet de inestable equilibrio en la difícil coyuntura que atraviesa aquella comunidad autónoma. Decir que “nos habría ido mejor si Olivares hubiera preferido Portugal a Cataluña”, es una comicidad de inmersión lingüística a la inversa.

 

Si tamaña estupidez se hubiera dirigido hacia los vascos, hoy los de Amaiur estarían brindando con champán por el impulso gratis que hacia su ansiada secesión les propina Peces Barba. De referirse a los andaluces, nada pasaría. Para eso están los mastines conmilitones de Griñán, para quitar hierro a la memez dialéctica. Especial, la carcajada de don Mario Jiménez, que, a no dudar, contraatacaría echando vinagre al silencio de Javier Arenas. Torpe el constitucionalista. Muy torpe. No sé si los años han restado lucidez a su proverbial capacidad. O lo mismo que su inteligencia era más fruto de la propaganda que de factores vectoriales tipo Spearman.

 

Uno no sabe si su intención era buena en el sentido de propender a la defensa de la unidad de España, seriamente amenazada por las concesiones de su amigo Zapatero a los mamporreros de la banda etarra. La fractura de la nación española significaría el fracaso de Peces Barba y de los redactores de la Carta Magna. Corolario de la metedura de pata fue su alusión a los históricos bombardeos de Barcelona y a la interpretación de sus derrotas militares como festividades simbólicas. Es que los catalanes son muy susceptibles, se queja el prohombre, que no sé si chochea o padece algún desvarío pasajero. Hombre, don Gregorio, si sus teorías constitucionalistas son tan acertadas como sus comicidades, mejor que prepare varios volúmenes de actualización.

 

Paradigma del bombero pirómano, Peces Barba hace un llamado a la unidad de España. A la vez que prevé la oleada fiera que de Vascongadas se aproxima. En su Constitución hay elementos que previenen hechos como los que se avizoran en la cercanía del tiempo. Entre ellos, las fuerzas armadas. Para poner en marcha ese mecanismo, habría que haber evitado jueguecitos como los de Eguiguren, Urkullu, Ibarretxe o Rubalcaba. Si el senior catedrático habla de la independencia de Portugal, está echando toneladas de leña a la pira vasco-catalana. Una monada de señor. Una nonada. Esta persona es una nonada.

 

No dan una a derechas. A la izquierda, sí, en forma de pasta, de mucha pasta. Horreur.

 

Un saludo.

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