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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DISCIPLINA Y ORGANIZACIÓN

 

 En algunos centros de enseñanza y en ciertas carreras, existía el llamado consejo de disciplina. Su misión era proponer sanciones conforme al reglamento. Hoy día, se atenúa la dureza militar del término y las instituciones docentes han establecido, en su lugar, las comisiones de convivencia. Entonces como ahora, la disciplina no es sino la observancia de las normas. Siempre se funciona igual: desde fuera hacia dentro. Sin novedad. Es el marco propio de una asociación de personas que se regulan en función de determinados fines. Partidos políticos. Se mueven en esa onda. Cada vez más. Si quieren salir en la foto, ya saben los que van de disidentes y por libres. O tragan o se ahogan. Ya lo advirtió, respecto al Psoe, el interminable Alfonso Guerra: el que se mueva no sale en la foto.

 

Al hilo de algunos comentarios sobre la decisión del PP de no llevar a Juan José Cortés en las listas al Congreso o al Senado, me veo en la obligación de replicar. Por sentido común. Ni me va ni me viene. Los comités electorales eligen candidatos conforme a sus voluntades de llevarse el gato de las urnas al agua de su interés. Ocurre, sin embargo, que hay candidatos a palos y candidatos que empalan. Entre los primeros, algunas excepciones que se sacrifican en pos de formaciones políticas con media docena de militantes. Entre los segundos, políticos que hacen valer sus años de oficio y su capacidad de influjo so pena de pasar factura a los disciplinadores. O entro o hablo. En el caso del señor Cortés, me pregunto qué ha pasado. Si estaba prevista su inclusión en las candidaturas, sería bueno conocer por qué ha sido desalojado de las mismas. Si, en cambio, nunca se le prometió señalamiento de representación, a qué viene este galimatías.

 

Decía Schopenhauer que si las cosas tienen solución, a qué preocuparse, y si no la tienen, a qué preocuparse también. Juan José Cortés es un zoon politikon en el sentido más aristotélico del término. Su dimensión social ayuda a constituir la base de una educación colectiva y su dimensión política ayuda a difundir y extender esa educación. Cortés se realiza plenamente en la sociedad. Nada tiene que añadir a su trayectoria pública. Mucho se puede restar en este campo. Se le mira con lupa. De ahí que, pese a sus méritos, no se le dé lo que pueda corresponderle acaso porque no haya pedido con la insistencia necesaria.

 

Tranquilo, Juan José, tranquilo. Es preferible, en ocasiones, pecar de confiado a creer en la lealtad. La memoria sube y baja como la bolsa. Cuando se avistan ganancias, se compra y, para recoger beneficios, se vende. Estoy convencido, pese a mis lagunas informativas, que el PP no te ha traicionado. Es más, apuesto a que sus dirigentes te han arropado como hermanos. Por eso, vuelvo a solicitar de tu nobleza declaraciones públicas que arrojen luz sobre el tema. Son muchos los que quieren pasar factura a Arenas por los sucesos de El Torrejón y los que buscan darte pasaporte por tu presunta participación en ellos. En tus manos se guarda la llave de la verdad. No es un acto de disciplina impuesta por la superioridad. Es una defensa de la verdad que nace de las entrañas de los bien nacidos. Tú no te mueves en la órbita de José Blanco. No amenazas ni coaccionas. Estás y eres.

 

Ten en cuenta, Juan José, que algunos amigos son sinceros. Muy pocos. Si eliges bien, sabrás seguir sus recomendaciones. Sin embargo, la sinceridad de tus enemigos es incuestionable: aunque guste a aceite de ricino, aprende de sus censuras. Te conocerás mejor y sabrás sacar de ti lo óptimo. Por encima de disciplinas y de organizaciones. Nunca más allá de la verdad.

 

Un saludo.

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