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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DONDE LAS DAN, ...

 

 Está claro, aunque rechine. Quien hizo la ley, hizo la trampa. Tantos ejemplos. Me limitaré a uno. Acaso el último. Esperanza Oña, que es portavoz de los populares en el Parlamento andaluz, ha propuesto a Griñán una idea que, en buena lid, éste debiera aceptar. Al menos si, como ha repetido hasta la saciedad, le pareció buena en un momento dado. No se trata sino de pagar al Gobierno con la misma “monea”. Si la Junta adeuda la tira de millones a la Hacienda nacional, sírvase entregarle los solares e inmuebles que, con motivo de la deuda histórica, Zapatero endiñó a Chaves con la complacencia de éste.

 

Es de justicia. ¿O acaso Andalucía ha de estar presta siempre a que la den por allí donde al Psoe interesa y no devolver el paño cuando a la ciudadanía de esta región conviene? ¿O es que esas prácticas se ciñen a los momentos contados en que el PP ha ostentado el Gobierno de la nación? La señora Salgado, émula a peor del inepto Solbes, deberá admitir la réplica por el mero principio de que la Administración no puede ir contra sus propios actos. Lo que era bueno para los andaluces, debe serlo para los españoles todos. Aquí no vale el cambio de reglas de juego porque el tahúr de la Moncloa esté más colgado cada día.

 

Tirita la caja pública. La de Estado y la de los ayuntamientos. Repica la bolsa nacional. Las autonómicas, qué decirles. Un concierto de platillo. En cuanto a la de los municipios, un solo de trompeta. Se anuncia el óbito y se descarta la recuperación. Cómo se puede, siquiera, atisbar horizontes de claridad cuando los acreedores externos retuercen las partes pudendas de la hombría y de la feminidad del país. En almoneda. España se encuentra en situación de venta pública con licitación predeterminada y puja teatral. Los postores independentistas acompañan a los compradores foráneos. Si Grecia está a punto de permutar el Partenón por una mareante cantidad de millones de euros, España se dispone a imitarla con la puesta en el mercado de la propia mezquita cordobesa. Y así.

 

Donde las dan, las toman. Hará pero que muy bien la Junta -aunque dudo de sus reales voluntades- en saldar la deuda con la devolución de los bienes que sirvieron para compensar la histórica deuda. Qué gracia lo de la deuda, lo de la historia y lo de la compensación. Una gracia maldita. Ahora, si el Psoe de Córdoba respalda la iniciativa y la superioridad de la jerarquía andaluza no se opuso a la misma, parece coherente que se satisfaga en medida similar lo que sus correligionarios defienden con tanto ahínco. Que ya sabemos que en política dos y dos son lo que me da la gana, que sí. Y que en el psoecialismo político, dos más dos, son veintidós, veintidós, como el dúo sacapuntas. Pero alguna vez habrá que situar al trilero ante su espejo de fraude y de maldad. Que se enteren lo que vale una mentira y que conozcamos cómo se castiga la falsificación monetaria.

 

Lo dicho. Que si Zapatero nos apremia al pago de lo que se debe, pues hoy paz y mañana, gloria. Que si acabaron con el botín, que lo digan y que se echen a la sierra. Se constatará, de una vez por todas, quiénes son los serranos, quiénes los morenos, quiénes los bandidos y quiénes los ropavejeros. Ahora. Que las elecciones están al despeñarse y si los amigos de los EREs pierden la silla, entonces será demasiado tarde para Andalucía.

 

Griñán, ahí queda eso. Que donde te la dan, pues a saber.

 

Un saludo.

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