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Francisco Velasco. Abogado e historiador

RESIDUOS TÓXICOS

 

 Que sí, que sí, pero que aparte. Además. Las balsas del fosfoyeso maldito, las cenizas radiactivas, la contaminación del suelo, la polución del aire, el vertido a las aguas. Toda esta basura que los onubenses tragamos a diario no es por casualidad. Es por causalidad. Relación causa-efecto. Las cosas, buenas y malas, tienen siempre su por qué.

 

En Huelva, la casuística se engendra en el útero del Psoe. Es concebida por acto y desdicha del espíritu maligno que anima a sus dirigentes. La mendacidad se verbaliza y la palabra se corrompe hasta el ultraje. Se ofende a la inteligencia, se vitupera a la razón, se ataca a los sentidos y se afrenta a la experiencia. Insidiosos reunidos en el chalet del Conquero. Han convertido Huelva en el vertedero de Europa y a la provincia en el culo del mundo. Y se quedan tan anchos y de rositas se quieren marchar por una brevísima temporada.

 

El titular de Medio Ambiente es Díaz Trillo. No hay suplentes en ese equipo. Cuando sea defenestrado, otro se encargará de mentir urbi et orbi. Ayer Cinta del Castillo. Mañana, a saber. Lo que nos faltaba para romper la cuerda es Pizarro. Ha dejado Justicia -qué labor de zapa la suya- y se hace cargo del equipo comisionado para regular y defender el ambiente parlamentario. Zoquete allá, boquetón acá. Total, como los de Huelva no protestan, pues residuos, inertes o no, para la tierra. Pepe Juan Trillo empuña la espada del honor flamígero y defiende a conciencia -en la seguridad de que lo hace mal- la continuidad del almacenaje de residuos. Le da igual que vengan de Italia o de Libia. Qué más le da, que le da lo mismo.

 

En esta tesitura de antiparadisíaco bienestar, el Psoe nos regala una nueva perla cultivada. El AVE. En un país roto por el separatismo, el AVE que no vuela es el problema. En un territorio destrozado por el demonio del paro, el AVE implume es el dilema. En una nación partida por la corrupción del partido que sustenta al Desgobierno, el AVE renca es el obstáculo. En un Estado ahogado por la deuda y el déficit, el AVE paleognata es el enigma. En una clase política inmersa en su propia miseria moral, el AVE que nunca existió nos plantea el disgusto. Noventa y seis minutos para cubrir noventa y seis kilómetros.

 

La única manera de derrotar a Pedro Rodríguez es imputarlo, procesarlo, acusarlo, condenarlo y enrejarlo. A cuenta del AVE. A costa de la verdad. Por encima de la realidad. Por debajo de la vergüenza. Ayer, Chacón. Hoy es la vez de Zarrías. Lo que no se sabe, se inventa. Si no hay pruebas, se fabrican. La estación que se pretendía apeadero es el viacrucis artificial que se saca de la manga el sanedrín psoecialista para que el calvario del alcalde sea insufrible e interminable.

 

La viperina lengua de algunos es el arma asesina contra el adversario. Perder el poder es cuestión de vida o muerte. No se puede sostener a tan numerosa clientela familiar desde las penurias de la Oposición. De ahí que las tretas y las horcas caudinas estén ya diseñadas contra el Partido que, se presume, asirá las riendas del gobierno. Los residuos políticos son más insalubres que los ambientales. Estos pueden tener solución. Aquellos, no. Mientras tanto, Izquierda Unida de Lepe se suma al jolgorio de sus mentores financieros. Con elevar a patrimonio cultural el chiste, ya cubrieron de cardo toda la calzada. Los programas de algunos son uranio enriquecido con plutonio. El Fukushima de Huelva no necesita tsunami para alcanzar el nivel siete. Basta con el grado de cordura de quienes, a día de la fecha, mandan en San Telmo y en La Moncloa.

 

El 22 de mayo surge la oportunidad de almacenar estos residuos allí donde no dañen.

 

Un saludo.

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