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Francisco Velasco. Abogado e historiador

CHACÓN, PRESIDENTA DEL GOBIERNO

 

Lo ha dicho doña Carme. O doña Carmen. Que España está preparada para tener una presidenta del Gobierno y también para que ésta sea catalana, igual que si fuera de cualquier otra comunidad autónoma. Pues claro. Faltaba más. Los militantes del Psoe tienen la primera palabra. Si se respeta la deseada democracia interna. Lo cual pongo en duda. No por desconfianza hacia la esencialidad democrática de los socialistas. Todo lo contrario. Ellos son el palo que aguanta la vela y abona el velorio.



Mi recelo se centra en el sanedrín psoecialista. Qué digo recelo. Temor, desasosiego, aprensión. Jugar al póker de farol, cabe. Alguna vez. Hacerlo con trampas, no. Ellos admitirán primarias cuando les pillen con el carrito de los helados. Como a Tejero y demás compañeros golpistas el 23-F de hace treinta, treinta, años. Si pueden eludir esas horcas caudinas, la sortearán. Pronto se presta la señora Chacón a una humillación tan degradante como el que dentro de su propio grupo la marginen. De inmediato, articulará el conjuro mágico de los vencidos sin pretexto: porque soy mujer, porque soy catalana. Que no, que no. La derrota, como la victoria, adviene en unos comicios cuando los electores se manifiestan en libertad.



La “rubalcabada”, especie de vicalvarada sin O´Donnell, ha perdido puntos en la escala de la sucesión. El rey Zapatero no soporta al listo de la clase. Lo utiliza hasta que la gavilla del delfín crece más que la del entronizado. La gran venganza del monarca políticamente moribundo será abdicar de su rango -de sus funciones ya dimitió hace años- para legarlo, sin beneficio de inventario, a una camarada afín. Venderá el gesto como un brindis a su amada Cataluña, a la que tanto quiere y tanto debe. La odiada Cataluña pone al frente de España a una de sus hijas.



La jugada es propia de mentes ofuscadas. En los últimos aleteos antes del ahogo definitivo, se zafa del abrazo del faisán y entrega su flotador a la sirena mediterránea. La señora Chacón ha declarado: “Yo tengo muy claro que debo respetar su decisión y el momento en el que quiera anunciarla". Se desnuda de alma, pero esconde el corazón. Se saca un as de la manga y es descubierta. Decir que Zapatero “ha sido siempre un "hombre de integración y de unidad" es una pasada inadmisible. Para cualquiera que no haga de la obediencia, felpudo y de la amistad, turbio negocio.



El posible nombramiento de Carme Chacón como presidenta del Gobierno de España sería un acto feliz si en un procedimiento democrático tuviere causa. De esta forma, los socialistas, primero, y los españoles, en último término, engrandecerían la democracia. Lo que sería aciago, impresentable y desdichado es proceder a nombrarla primera ministra de España, sin el concurso del pueblo. En este caso, sería tomar la soberanía nacional como el patrimonio de un individuo. En realidad, es lo que hay. Lo que más de uno cree. Contra España. A favor de Cataluña para atacar a España. Porque los méritos políticos de Chacón caben en el dedal de un tirano que designa a quien le sale del Gadafi, del Mubarak o del Chávez. O del Griñán o del último consejero del ERE.



Montilla se proyecta en Chacón. Zapatero multiplica el efecto lupa. Se blinda ante la araña negra. Eso piensa. La presidenta catalanista, que no catalana, tiene proyectos bien diferentes. Parecidos a los de Laporta, Ridao y personal de la misma calaña. Partía.



Un saludo.

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