Blogia
Francisco Velasco. Abogado e historiador

ZAPAKOZY: (57 años, Jose)

Duele. El tema de los gitanos duele. Y mucho. Dicen que los gitanos no quieren para sus hijos buenos principios. Dicen. Pero el dicho es falso. Los gitanos tienen buenos principios. Otra cosa es que esos principios no sean los de la sociedad no gitana. Los buenos principios constituyen la manifestación de la moral de un ser humano.

 

Los gitanos sí tienen principios. Tan buenos como los principios de los payos. Sin embargo, la diferencia entre unos y otros otorga la exclusiva de la bondad a los segundos. Triste moral la de quienes desprecian la de los demás.

 

Lo de Sarkozy es para nota. O no se explica bien o lo interpretan muy mal. En este segundo caso, debe reclamar nuevos glosadores. El levantamiento de los campamentos ilegales puede ser, en general, una medida correcta, necesaria incluso. Multitud de razones, todas ellas legales, pueden explicar una actuación en el sentido apuntado. Campamentos, fuera. Excelente decisión si se fundamenta como es debido. Nada que objetar al hecho.

 

Lo que sí es reprochable es la noticia. Al menos, la traducción -traducir es traicionar- que ha llegado a la opinión pública. Miles de gitanos expulsados de Francia. Oiga, serán miles de personas desterradas del país debido a una conducta reprobada por la legislación francesa. Oiga.

 

Si son gitanos, o no, es otro cantar. En cualquier caso, profundicemos. Si no son gitanos y se tratare de una ofensa a esta etnia, nos encontramos ante un ataque del tipo nazi. Que no creo. Mas si, en cambio, todos los expulsados son gitanos, procedan territorialmente de donde fuere, nos zambullimos en un charco más profundo y negro. El charco de la marginalidad. Volvemos a las reservas de pieles rojas. La lucha entre civilizaciones habría virado hacia un rumbo de muerte y de miseria. Los colonizadores incivilizados pretenden modificar las formas de vida de los colonizados cívicos.

 

Sarkozy podrá ser un racista. Podría serlo. No lo descarto. Mas no existen pruebas de ello. Como tampoco está acreditado que la orden de expulsión se haya producido en el marco de un espíritu de xenofobia. En consecuencia, presumo la inocencia del presidente francés.

 

Lo que uno no entiende es el papelón desempeñado en esta triste causa por el señor Zapatero. No se entiende. Zapatero se ha postulado públicamente como el paladín de las minorías acosadas, de los desvalidos sociales, de los desheredados de la fortuna. La izquierda más roja que los siglos contemplaron se ha encarnado en el presidente del Gobierno español. Y sin embargo,... no te quiero. A los gitanos no los defiende el mandamás de los psoecialistas. Si son gitanos. Y si no lo son, inmigrantes sin duda que sí. O gitanos o inmigrantes. Minorías.

 

Zapatero dice que no, hombre, que no. Que él no se mete en lances verbales entre su amigo (y una leche, con perdón) “Sagcosí” y la señora Reding. Que ésta tiene una lengua muy afilada, asegura el estandarte de la igualdad. Que si su amigo ha hecho esta cosa, bien hecha está. Que su amigo no comete barbaridades. Que si son gitanos, pues se merecerán la expulsión. Y un cuerno, señor Zapatero. Y un cuerno. No tiene Vd. menos vergüenza política porque no se entrena a fondo. De hacerlo, sería Vd. el Rocky Stallone de la miseria, el Rambo de la jungla más cruel.

 

Mire, señor Zapatero. Mire a su alrededor. Hoy apostata de sus principios y mañana abjurará de su posicionamiento. Ayer negaba la crisis y hoy comulga con la recesión. Antes defendía a los trabajadores y ahora se hace un castillo con los salarios que les ha recortado. Hace un rato, Vd. apoyaba los derechos de los más infelices y, cinco minutos después, protege a quienes, supuestamente, pisotea esos derechos.

 

Es muy fácil, hombre. Un poco de valor, de valentía. Si no quiere -que no quiere porque no se atreve- molestar en exceso al derechista francés, al menos lance su discurso de defensa de los gitanos. Porque, Zapatero, los gitanos sí tienen principios. Quien no los tiene es Vd. Parafraseando al gran Groucho Marx, Vd. cambia los principios cuando éstos no le convienen.

 

Sarkozy tiene principios. Se discrepará de algunos de los que mantiene. Zapatero tiene finales. Lo que le interesa son los resultados. La forja de un cobarde político y de un político cobarde. La alargada sombra de un ciprés circunflejo se cierne sobre España. El descanso político de individuos de esta laya sea pronto con ellos. Zapakozy.

 

Un saludo.

0 comentarios