Blogia
Francisco Velasco. Abogado e historiador

ESPAÑA, A PEDAZOS

 

Me preocupa España. Mucho. Cada vez más. Vientos de rotura del Estado y vendavales de ruptura entre españoles. La Constitución, por más que no sepamos o queramos o podamos asumir su enorme importancia, se manifiesta como el resultado de la soberanía de un pueblo que vota, decide y elige en libertad. Si este pueblo español soberano decide un día, en uso de esa su libertad, conceder la independencia a las regiones del Estado que la reclamen de manera legal y no violenta, uno sentirá que parte de su alma se ha perdido, pero comprenderá que la ciudadanía ha dicho su última palabra y la aceptará. Es la ley, elaborada y aprobada en libertad, la que impera y la que obliga, en definitiva, a ese pueblo que ha mandado hacerla. Eso es democracia.

 

Confieso mi admiración por Cataluña. Forma parte de España. No de Castilla. No de Madrid. De España. El Gobierno de Zapatero está enfermo. Los españoles debemos pedir la incapacitación de un Ejecutivo que se tira “patas abajo” lo suyo y lo ajeno y al que nada importa la integridad territorial del país mientras conserve las manijas de la caja fuerte.



La clase política reúne unos caracteres de servicio y de objetividad que, lacayos y mangantes aparte, son ajenos a esta caterva que, hoy por hoy, conforman el tripartito de la Generalitat. Miren. A Carod y a Puigcercós se les ve venir. Artur Mas recorre un camino similar a los anteriores si bien su paso es más cauto, más seguro. Dentro de esa panoplia, están fotografiados. Saldrán con mejor o peor cara, pero la dureza facial es apreciable sin esfuerzos.

 

Otra cosa es el PSC. El Partido Socialista de Cataluña es un totum revolotum, un canto a lo más cutre, un revuelto caduco, una amalgama informe, una secta político-religiosa, una banda mercenaria, una ideología sin principios ni finales. Más españoles en el resto de España que nadie. Más catalanes en esta parte de España que todos. Agua y aceite dentro de un recipiente ya transparente, ya opaco. Del Madrid y del Barça, según el viento sople. Zapatero es un ejemplar conspicuo de esta idiosincrasia partidista/partidaria/parcial/subjetiva, hija de la amoralidad y de la alegalidad.

 

Zapatero es preso de su ambición y cautivo de Montilla. El andaluz converso catatán es un genio maligno con una increíble voluntad de alfombrarse, con sublime capacidad para la reptación, y con inverosímil facilidad para trepar o con su indiscutible predisposición camaleónica. Escupe declaraciones y amasa contubernios para procurar su incompetencia en el tema del Estatut. Eso, ahora. Mañana esculpirá la Carta Magna de Cataluña porque la de España no sirve a su interés espurio. Dios y demonio adorados por el tahúr de cartas marcadas y jugadores entregados. España está en manos de gente como la señalada. O se frena a estos burguesillos de medio pelo metidos a estadistas, o el jarrón estatal se romperán en trocitos mil. O más.Y después, qué. Ozú.

 

Un saludo.

0 comentarios