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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL SEÑOR MATACUBANOS

 

Fariñas se muere. Después de Zapata, Fariñas. Cuántos murieron antes. Cuántos lo harán después. La muerte es el precio de la dictadura. Los dictadores asesinan, cada día, la libertad. La asesinan. Con alevosía y saña. Fidel convirtió la corrupción de Batista en salsa curry. La carne, trémula, la ponen los Castro. De la derecha corrupta a la mafiosa izquierda. Un mismo país. Una misma gente. Unas ideas contrarias. Unos líderes distintos. Dispares ideologías. Introduzcan estos ingredientes en el mismo recipiente, remuevan, agreguen hielo picado y ya tienen el cocktail: Cubalibre sin ron. Sin ron ni sin ginebra. Pura cola. Asco al cubo . Cuba presa.


La aventura castrista tiene los días contados. Lástima que una intención excelsa se disuelva en la maldad de sus ejecutores. La revolución cubana pudo ser un modelo a seguir. Se convirtió, pronto, en un maniquí a desechar. Los modelos tienen conciencia. Los maniquíes, simples articulaciones motóricas. Castro pudo ser un líder ejemplar y quiso presentarse como un tirano inasequible al desaliento liberticida. Le ha faltado conciencia. Conciencia de persona y consciencia de clase. Le ha sobrado soberbia. Orgullo de poder y hambre de mando. Sí discierne el bien del mal pero carece de remordimiento. Su consciencia se detuvo en el umbral del exterminio, del sojuzgamiento, de la tortura o de las cárceles políticas.


Cumbre, Fidel, del fascismo de izquierda. Los guantánamos de Bush, celdas de fraile en comparación con los gulashs soviéticos. Cuba era libre cuando tenía consciencia. De cubalibre, nada. Pidan, con propiedad, cubapresa. Sabe fatal y sienta peor. Los willytoledo y los miguelbosé que en el mundo son venden aire y compran carne fresca. No pagan. Reciben. En pasta o en especie. Reciben. Por delante y por detrás. De Fariñas, no sé que dirán. De Zapata, sí sé lo que maldijeron. Hasta dónde. Hasta cuándo.


Resiste el régimen. Todas las dictaduras se aferran al cuello de aquéllos a quienes sus derechos pisotean. Los estrangulan hasta que se rinden o se mueren. Fidel es la antítesis del Cid. La otra cara de la moneda del valor. Es el matacubanos. Si Fariñas muere, ya le culparán de algo. O lo harán los subvencionados de la zeja. Fariñas se muere en su espacio de consciencia libre en cuerpo cautivo. Sus verdugos viven en cuerpo lozano de interior purulento. Porque no tienen conciencia. La conciencia de Cuba se desvaneció en el fuego terrorífico de los Castro y en la palabra lesiva de los mamporreros de la escena. Pobre Cuba. No es libre. No lo es porque le han robado su conciencia. Su consciencia.


Un saludo.

 

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