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Francisco Velasco. Abogado e historiador

POR LA PUERTA DE ATRÁS

 Henri Kamen: "España se ha colado por la puerta de atrás en la reunión de Londres del G-20". Lo decía, hace meses, el gran historiador. En alguna parte se ha escrito que Zapatero es propenso a traicionar a sus aliados. Es decir, a renegar, con dichos o actos, de un compromiso de lealtad.  Vicente Espinel consideraba traidores a las personas que no comprenden el tesoro que poseen quienes disfrutan de una conciencia honrada y pura.

 

 La gran arma de Zapatero, que es la dialéctica de bajo cuño y corto recorrido, no le acompaña en sus incursiones por el extranjero. Y es que mentir en castellano, la verdad es que lo hace bien. Ahora, hacerlo en la lengua de Shakespeare es imposible para el todavía presidente de España. Por Obama, Zapatero es capaz de... traicionar a Francia. Sarkozy es un mal enemigo del progresismo, se lamenta el de León. Brown, por más que se ponga histérico de cuando en vez, se alinea con las tesis psoecialistas.

 

    Como el gran historiador que Kamen es, opino. Y en este sentido, la actuación del presidente de España se descubre, una vez más, con el asunto Chávez. El Auto del  Juez Velasco desnuda al Gobierno. Zapatero declara que se ha pedido explicaciones a Venezuela. Moratinos calla. Luego asiente. A esto que el ex golpista  coronel niega la mayor y precisa que el ministro de Exteriores de España se ha limitado a trasladarle una noticia. Embustero el español que, pillado en su mentira, se apresura a autocorregirse: bueno, ejem, bueno, nos hemos limitado a informar, no a pedir explicaciones. Toma del frasco, carrasco. A la hora de trasladar a Chávez la resolución del magistrado, el Gobierno pedirá a éste aclaraciones previas. Aclaraciones. En vez de limitarse a trasladar, pide las aclaraciones que no se atreve a exigir al dictador caribeño. Lo de siempre, genuflexo ante el fuerte y prepotente ante el débil. El sino de los reprimidos.

 

  Palabras que traicionan a la opinión pública. Verbos que engañan a los ciudadanos. Se presume de una actitud firme y se desvela una conducta servil y miedosa. El talante de este Gobierno no es sino ficción. Es lo que algunos llaman "psicoestética". ¿Que en qué consiste? En un lifting continuado. En una cirugía diaria. En una permanente modelación de las formas. Todo con tal de parecer lo que no se es. Como las viejas actrices que estiran artificialmente sus arrugas para disimular los estragos del tiempo. Es el triunfo del escaparate. Luces externas que deslumbran para velar el interior decrépito y ruinoso. El presidente venezolano será lo que sea y nada imitable es. Sin embargo, se le ve venir. A su homónimo español, don José Luis Zapatero, no. Nunca se sabe si va o vuelve. Si su sonrisa guarece un improperio o si  en el "sfumato" leonardesco de su rostro se agazapa un misil.

 

    ¡Pero eso es engaño al pueblo! Ya, pero Zapatero tiene talante y el pueblo, no. La culpa es del PP que nos llevó a la guerra de Irak (Pepe Blanco dixit). ¡Qué paciencia, Señor, qué paciencia!

 

   Un saludo.

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