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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ELEGÍA OBRERA NEOFRANQUISTA


    Adelantaron/las lluvias, y el Gobierno,/reunido en consejo de ministros,/no se sabe si estudia a estas horas/el subsidio de paro/o el derecho al despido,/o si sencillamente,/ aislado en un océano,/se limita a esperar que la tormenta pase/y llegue el día, el día en que, por fin,/las cosas dejen de venir mal dadas.


    Canción triste de un poema del que no soy autor. Qué más quisiera. Pocas líneas expresan mejor un sentir. No se refieren al Gobierno de Zapatero, pero da igual.  Lo refleja como un autorretrato de Rembrandt. A verlas venir. Siempre que ha llovido escampó, nos atizaba Felipe con el vendaval del GAL. La tormenta de la recesión desaparecerá, suplica un presidente vencido por la fuerza de su inabarcable ego. Paro subsidiado o abaratado despido o descarnada pensión. Qué mas da. La furia del viento se llevará todos los pesares. Por ensalmo. La magia de la oración laica de un náufrago a una cucaña pringosa asido.

    Les despejo la incógnita. El poema se titula "Noche triste de octubre, 1959". Lo escribió uno de los grandes: Gil de Biedma. En pleno auge franquista. Antes de que Eisenhower se paseara, como el Marshall que nunca llegó, junto al dictador por las calles de Madrid. El Consejo de Ministros del Régimen zozobraba. No tenía rumbo. Su estrella polar y su brújula fue la América del Norte. A partir del ahí, el despegue económico. El desarrollismo. La década prodigiosa.

    El Consejo de Ministros de Zapatero se ahoga, no en un océano de aislamiento, no. Se asfixia en el vaso de agua de su torpeza ejecutiva y en la copa de veneno de su ideología corrupta. No es Obama, el icono zapateril, quien nos insuflará aliento monetario a cambio de bases militares. Nos convertirá Zapatero en guardianes de Guantánamo pero a cambio de una palmadita en la espalda y de una sonrisa regalada. Con Franco se superó la crisis. Con Zapatero, no. Que no.

    Y en la seguridad de cuanto afirmo, recordaré las palabras del ilustrado Voltaire: "es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado".

    Un saludo.


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