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Francisco Velasco. Abogado e historiador

HAMBRES Y HAMBRUNAS EN LA ESPAÑA DE ZP

La primera, en la frente. Cáritas es una entidad creada por la Iglesia católica -católica, ZP- en 1947 -en plena postguerra civil- con un manifiesto propósito caritativo y social. Era la época del hambre. El compromiso de esta institución cristiana -cristiana, Zapatero- se resume en una triple acción: informar, denunciar y sensibilizar a la opinión pública sobre las situaciones de pobreza y vulnerabilidad, sus causas, consecuencias y la posibilidad de participación en el cambio. La Iglesia, Zapatero, la Iglesia.

 La segunda, en el pecho. El periódico Huelva Información -nada dice al respecto su casi homónimo del río onubense- publica hoy: "Cáritas destapa la hambruna en un campamento de inmigrantes". Un colectivo de 24 ciudadanos -seres humanos, Zapatero- de Malí llevaba varios días sin comer. Permanecían tirados en colchones, con calambres y claros síntomas de desnutrición. Al parecer, se estaban muriendo de hambre. De hambre real, Zapatero, de hambre real.

 La tercera, en los hombros. Se empieza por el izquierdo. Enero de 2009. En la Franja de Gaza, las infraestructuras de abastecimiento de agua y saneamiento estaban al borde del colapso tras diecisiete días de bombardeos. Para responder a esta situación, Acción contra el Hambre ha emprendido una serie de operaciones para distribuir agua. La penuria mata de hambre. Hambre por guerra. Guera por hambre. Hambre de guerra. Guerra de hambre. Se termina por el derecho. Junio de 2009. En La España del Sur, un campamento de inmigrantes malíes padece una situación de hambruna. Escasez generalizada de alimentos. Hombres y mujeres pueden morir de hambre, Zapatero, en esta España de nuestras entrañas. Cáritas sale en su socorro. Cáritas, Zapatero. La paz de Zapatero.

 La cuarta, en los labios. Cierra el acto de persignarse. "Ven acá, persignémonos", escribía Vargas Llosa en "La Fiesta del Chivo". Persignémonos y recemos. ¿A dónde vamos, ZP? ¿Qué esperas, presidente por accidente? ¿No le da vergüenza? A mí, mucha. Mucha. Esto no puede continuar así. No.

 Un saludo.

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