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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DÓNDE ESTÁ LA LLAVE, MATARILE...

 No es lo mismo, no. Hasta ahora, que se sepa, la ex alcaldesa de Beas, Rosa Beltrán, no ha cometido delito alguno. Sí es autora de un cierto número de irregularidades en su gestión del Ayuntamiento beasino, según se desprende de un Informe del Tribunal de Cuentas de Andalucía. Como ustedes sabrán, la señora Beltrán es del PSOE. ¿Les suena la canción triste y amarga? Estas irregularidades se han traducido, a tenor de lo que este Alto Tribunal ha dictaminado, en una roncha de más de 700.000 euros. Javier Barrero, Mario Jiménez, Jose Juan Trillo, silbando, como si no fuera con ellos. ¿Ha devuelto la ex primera edil esta cantidad a las arcas municipales? No, qué tontería de pregunta. ¿Conocía el equipo de gobierno del PSOE los presuntos chanchullos de su militante o, como algunos entenderán lógico, desconocían los tejemanejes denunciados? En palabras del nuevo alcalde, también socialista, la respuesta es afirmativa y, siguiendo sus propias palabras, presentó hasta 26 (veintiséis) denuncias internas y una nueva denuncia en los Juzgados. "Por chivato", por desleal con los compañeros, por acusica, por atentar contra los intereses del partido casi único, fuera, a la calle. La pandilla de Mario, Javier y José Juan echaron a la calle a un militante por no hacerse cómplice de una gestión cuanto menos irregular y por no cooperar en la desaparición de más de cien millones de pesetas. La "Casa" no perdona. O conmigo o contra mí.
 El Ayuntamiento de Beas no puede disponer de esa cantidad tan necesaria para acometer las numerosas obras que el municipio demanda. La única responsable del "extravío" fue la señora Beltrán, como pone de relieve el Tribunal de Cuentas. Las filias y fobias del PSOE son directamente proporcionales a sus intereses. Amor al que alaba o enmudece. Odio a quien discrepa o critica. No hay más. Estas manifestaciones de afecto recuerdan los besos de algunos dirigentes de la Camorra. Recuerdan. Serán las películas. El nuevo equipo de Gobierno de Beas (Independientes) se encerró ayer en la Delegación Provincial de Economía y Hacienda de la Junta de Chaves y de Griñán. Había pretendido, sin éxito, que el titular de este organismo les recibiera y atendiera sus peticiones de desbloquear la retención de casi 25 millones de pesetas de los Fondos de Nivelación Estatal. Pues va a ser que no -y miren que me disgusta la manida frasecita- parece que dijo, por omisión, el longevo Delegado de Hacienda de nuestra provincia. Y fue que no. Que se encierran, no importa, llamen a la policía que los desalojará por las buenas o por las malas. Ésta es la historia, la triste canción de un Partido tan poco democrático que le importa cero el ahogo económico que padece el Consistorio de Beas. Ahogo que no se produciría -todo se desbloquearía por ensalmo- si de nuevo el PSOE recuperara el mando en el pueblo. ¡Qué vergüenza!
 La escena se repite en Beas, Bollullos, Cartaya, Punta Umbría... Mientras tanto, las miradas torvas de algunos ilustres socialistas con bastón en la Casa fusilan a este articulista al cruzarse en el camino. Si las miradas mataran. ¿Y el paro, qué tal? Muy bien, gracias. ¿Y el tiempo? Empeora. Más para unos que para otros. Como los impuestos indirectos, colmo del socialismo de pega. Al que no le guste, matarile, como las llaves que nadie sabe dónde están. Nadie, no. Ellos, sí. Matarile.
 Un saludo.

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