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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EN EL TRABAJO LA ESTÁN ACOSANDO, SEÑORÍA, LA ESTÁN ACOSANDO

EN EL TRABAJO LA ESTÁN ACOSANDO, SEÑORÍA, LA ESTÁN ACOSANDO
 El caso de la maestra a la que están linchando constituye uno de los casos más vergonzosos de acoso laboral (mobbing) que este articulista, como abogado e historiador, ha conocido a lo largo de su dilatada carrera. Los impresentables acosadores -presuntos delincuentes- son los que la presionan hasta la tortura, los que cooperan en esa retorcida presión, los corifeos que se manifiestan con pancartas, los sindicatos que miran hacia otro lado, los responsables de la Consejería de Educación, y así hasta que se desvele quiénes son cooperadores necesarios en este Guantánamo de Huelva.
 ¿Qué ha ocurrido de nuevo con esta profesora? Que le han abierto un nuevo expediente  disciplinario, el tercero en un año. -Bueno, y si se lo merece, pues es normal. Claro, si se lo merece. El problema es que no ha hecho demérito alguno para ello. Pero la cosa es más grave porque hoy, además, se la ha suspendido cautelarmente de sus funciones docentes y se ha reducido su sueldo a las retribuciones básicas. -Aún así, será la consecuencia lógica de un procedimiento disciplinario. En efecto, sería lógica si hubiera objeto, si hubiera causa. Pero no hay objeto ni causa. Hay historia de una persecución y de ésta tenemos datos acreditados, hechos probados, pruebas irrefutables. Sigan leyendo y, si tienen tiempo y lugar, realicen un paralelo con las situaciones "de libro" que señalan sistemáticamente a las víctimas de acoso laboral.

 A la maestra, la directora, con la cooperación de la Inspectora de zona, se la ha inhabilitado, porque sí, sin motivación y sin posibilidad de defensa, de su actividad docente y se la ha colocado en la Biblioteca, a limpiar el polvo de los libros. Es decir, se la ha rebajado laboralmente y se le han asignado trabajos sin apenas utilidad, y se ha hecho presionándola de la forma más torticera y arbitraria.
A la maestra se la ha marginado, se la ha evaluado de forma sesgada, se la ha acusado de errores insignificantes, se la ha menospreciado desde un punto de vista profesional, le han adjudicado irracionales trabajos, se la ha encerrado negándole el derecho a comunicarse con sus superiores jerárquicos, se la ha ninguneado, se la ha avasallado.
 A la maestra se la ha convertido en enemiga. Enemiga.
 A la maestra la han dejado inerme, sin autonomía, sin estima. De ella se han mofado. A ella no la informan, se la critica con injusticia, no se la deja acceder al teléfono, se la cambia de clase constantemente, se la vigila, la despojan de sus derechos, desprecian sus enfermedades, se la conduce contumazmente al error, se le atribuyen fallos que otros cometen...
  A la maestra no le dirigen la palabra ni la miran. Se comunican con ella sólo por escrito. Se la aisla físicamente. Se presiona a sus compañeros para que la aparten de su presencia...
 Se amenaza a la maestra, se la desacredita, se atenta contra su dignidad humana, se difunden rumores malintencionados sobre ella, se la tilda de loca, se le grita, se la agrede con empujones leves...
 A la maestra. El Fiscal lo sabe. ¿Y qué hace? Que se sepa, hasta ahora, nada. ¿Y si le ocurre algo irreversible? Silencio. Enemiga del pueblo. Pena me dan. Pena. De ella me compadezco. De los acosadores, me apiado.
Un saludo.


  

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