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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DE LA PENSIÓN AL FONDUCHO

DE LA PENSIÓN AL FONDUCHO
 En las postrimerías de la Presidencia de Felipe González, los partidos con representación parlamentaria firmaron en 1995 el Pacto de Toledo. El Pacto de Toledo estableció las líneas de actuación y de reforma a introducir en el sistema de pensiones contributivo, así como las recomendaciones precisas para consolidar ese sistema. Una de estas recomendaciones era establecer la edad de jubilación a los 65 años, aunque siempre de forma flexible. Otra era la necesidad de sostener el sistema público de pensiones.
 El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, manifestó ayer, en comparecencia parlamentaria, que "el sistema de la Seguridad Social podría entrar en déficit creciente a partir de 2025” . Es decir, dentro de poco más de 15 años.
Según fuentes del Ministerio de Trabajo e Inmigración, en marzo de 2009, la pensión media de jubilación alcanzó los 849,29 euros mensuales, lo que supone un 4,9% más respecto al mismo mes de 2008. A este paso, el gasto en pensiones respecto del PIB se duplicará en los últimos años, debido al fuerte aumento de la tasa de dependencia, es decir, de la población mayor de 65 años sobre la población en edad de trabajar. Ante el incesante e insoportable peso de la crisis, Fernández Ordóñez advirtió a los diputados que hay que aprobar reformas para asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Entre estas reformas, destacó el retrasar en la edad de jubilación, endurecer el acceso a las jubilaciones anticipadas, ampliar el periodo de 15 años de vida laboral, reducir la tasa de sustitución de las pensiones, reformar el sistema de actualización de las pensiones para adecuarlas al crecimiento de los precios...
 El problema de las pensiones no es nuevo; por el contrario, siempre ha generado inquietud. Las declaraciones oficiales de Ordóñez sí traen a la palestra un plus de alarma social que se deriva de la recesión económica en que ya estamos inmersos. Pero esta alarma se incrementa desde el momento en que Zapatero está vendiendo un producto social que contradice al gobernador, y choca aún más con los sindicatos que están demandando una jornada laboral de cuatro días. Miren ustedes, entre lo que Zapatero coloca en el escaparate, lo que piden unos sindicatos que están desvariando en estos momentos, y lo que dice MAFO, me quedo con las afirmaciones de éste. Y dentro del marco de credibilidad que concedo a Ordóñez, me atrevo a aventurar que apenas dice una cuarta parte de lo que sabe y de lo que se nos viene encima. ¿Y por qué? Porque si uno lee las declaraciones de Ignacio Zubiri, se echa a temblar, ya que este catedrático de Hacienda Pública recordó a todos que las prestaciones no están garantizadas si la Seguridad Social se sigue financiando exclusivamente con cotizaciones sociales. Es más: advierte que de seguir así la financiación, "las pensiones se tendrían que reducir en un 40%". ¿Y entonces, qué? Pues que ese déficit no se enjuga con las rentas de nuestro trabajo, y en consecuencia, sólo cabe recurrir a financiarlo con rentas de capital, es decir, a los rendimientos patrimoniales mobiliarios e inmobiliarios. De la misma idea es otro catedrático de Hacienda Pública, el onubense Manuel Lagares, cuya credibilidad en este terreno es tan antigua que ya intervino personalmente, junto a Fuentes Quintana, en el parto de los Pactos de la Moncloa, que ya ha llovido.
 ¿Y Zapatero sigue callando? Hasta hoy, sí. Mañana,... Si es verdad que quien calla, otorga... En ese caso, debería expresarse con claridad porque lo que no se puede admitir, a estas alturas de la tempestad, que siga mintiendo como con la crisis o que llame antipatriota a su conmilitón el gobernador del Banco de España. No le pedimos que sea más inteligente de lo que realmente sea. Sólo de que sea más sincero de lo que nunca fue. ¿Es pedir tanto?
 Un saludo.

 

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