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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DEMASIADO CANGUELO

 

 Los parlamentarios de izquierda de la Andalucía donde Susana Díaz reina, no tienen más  miedo porque es imposible. Me refiero al eje del control de la corrupción que forman PSOE e IU.

 

Vamos a ver. Si el PP instaba la convocatoria de un Pleno para debatir sobre las numerosas tramas de golferías detectadas, descubiertas, investigadas y demostradas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, por qué los marchantes del gobierno andaluz se niegan  a aplicar lejía al emporcachado suelo de la política de nuestra Comunidad.  Por qué.

 

Está claro que la imagen que devolvería el espejo sería monstruosa. No ya por lo advertido. También por lo que ha de saltar. De esta miseria no se libra ni la caridad. Es miedo al horror de la propia figura y pánico a la devastación moral de unos políticos que han hecho de la Administración un lodazal intransitable. Algunos creyeron que la cara de Susana Díaz sería como la medicina infalible que acabaría con la rabia. Tontuelos e ingenuos. Muerto el perro, la rabia no se extingue. El perro es el transmisor del mal, que no su origen. La cara de Susana no limpia la suciedad imperante. En consecuencia, la presidente desaparecerá de la escena antes que después y el hedor seguirá asfixiando al conjunto social.

 

Mucho canguelo. Poca vergüenza. Ya lo decía el gran Jean Paul Sartre: a pesar del antifaz, a los verdugos se les reconoce por el miedo de sus ojos.

 

Un saludo.

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